Adiós, estilo festivalero¿O deberíamos decir «hola»?
Esta vez no trae consigo coronas de flores (por ahora), pero está volviendo a lo grande.
Por Nayeun Kim
9 de abril de 2025 · Lectura de 1 min
Aunque las coronas de flores hayan pasado a mejor vida, el estilo festivalero sigue vivo y coleando. De hecho, está teniendo una evolución de lo más interesante.
Primero, vamos a ponernos en situación con un viaje a la época dorada de los festivales, en los 2000 y principios de los 2010. Si piensas en Glastonbury en los 2000, seguro que te vienen a la mente imágenes de Kate Moss y Alexa Chung con microshorts y las botas de agua Hunter: el uniforme oficial de las it girls del momento. La fiebre festivalera continuó su evolución y en los 2010 se trasladó a Coachella, en la soleada California. Allí, se rindió homenaje al movimiento hippie de los 60 con gafas de sol redondas y reflectantes, coronas de flores, flecos por todas partes y botas de cowboy ―si no, que se lo digan a las modelos de Victoria’s Secret Alessandra Ambrosio y Behati Prinsloo―, todo ello mientras sonaban The Black Keys y Arcade Fire.
En lo que llevamos de la década de 2020, la moda festivalera no ha pasado precisamente por su mejor momento. Antes, todo era purpurina y looks pensados para destacar. Ahora, ir a un festival significa más bien mimetizarse con el ambiente: camiseta ancha, vaqueros y sudadera. A menos, claro, que seas fan incondicional, en cuyo caso puedes apostar a que tú y un montón más llevaréis un look temático en honor a vuestro artista favorito.
De lo más llamativo a lo más sencillo, ¿hacia dónde va ahora la moda festivalera? Nuevos artistas como The Dare, que están recuperando el sonido y la estética de los 2000 y 2010, están trayendo de vuelta ese aire nostálgico (¡prepárate para ver bastantes corbatas!). Charli XCX y A.G. Cook le están dando un toque de grunge y pop británico (hora de desempolvar tus Converse y Vans) y, por otro lado, el boho está volviendo de las pasarelas a las calles... ¿se vienen vestiditos románticos? Con todas estas tendencias musicales y estéticas entremezclándose, el estilo festivalero se está reavivando con un rumbo completamente nuevo.