En este episodio de UNPACKED, @ryanyipfashion traza la evolución de las botas Wellington, que han pasado de ser una pieza funcional del mundo rural a convertirse en un básico de la aristocracia y un icono de la moda femenina. Su historia empieza a principios de la década de 1800, cuando el vizconde Wellington reinterpretó la bota de húsar para convertirla en un calzado más refinado y ligero. Con el paso del tiempo, y gracias a la incorporación del caucho o la goma, estas botas pasaron de ser un calzado funcional de la vida al aire libre para acabar convertidas en un verdadero icono del estilo británico y, también, global.
Gracias a momentos inspiradores como los looks informales de la princesa Diana de Gales y a la moda de los festivales de música de principios de los años 2000 (¡hola, Mossy!), las botas de agua han podido reivindicar su versatilidad. Lo que originalmente empezó como un producto funcional ha traspasado la frontera entre la estética rural y la urbana, en buena parte gracias a marcas como Hunter, Crocs, Moonboot y Rombaut y a las versiones de superlujo de Celine, Balenciaga, Bottege y compañía. Desde el terreno enfangado de Glastonbury hasta las calles de París, Nueva York, Berlín y otras grandes ciudades, las botas de agua han consolidado su posición como pieza de referencia de la moda más rompedora.