En este afán por encontrar la autenticidad, no es de extrañar que la ropa y los perfumes vayan de la mano, a fin de cuentas, se trata de dos cosas que llevamos en el cuerpo independientemente de la edad, el origen o el género. Quizás sea la expresión más auténtica de ese idea de que ‘la moda y la fragancia se dan la mano’, tema central de la Met Gala de este año, liderado por la perfumista Sissel Tolaas, quien tomó moléculas de las prendas exhibidas para recrear las fragancias asociadas a ellas y a la persona que las llevaba.
Tampoco faltan perfumistas de nicho. Por ejemplo: Fior di Pane, de Profumo di Firenze, un perfume inspirado en el pan que se supone rezuma el aroma delicioso y mantequilloso de una panadería. Otros, como ‘Mountain Cats Will Come To Drag Away Your Bones’, una combinación de laurel, tabaco y aire puro de montaña, tienen gusto por el drama y te perseguirán “de una forma hermosa”. Pero ni con ese nivel de precisión (ligeramente desquiciada), tenemos suficiente. Nuestra necesidad innata de diferenciarnos del resto hace que tener nuestra propia fragancia, una entre ocho mil millones, sea deliciosamente seductora.
Así, ¿cómo se crea una fragancia de autor de la que solo tú tengas la fórmula? En lugar de inventar una nueva poción, queremos compartirte un método tramposo pero infalible: la superposición de perfumes a capas. Utilizando nuestras cuatro combinaciones de perfumes, dale un toque final al tuyo. La gente no solo te recordará por tu estilo, sino también por tu olor.