Las listas en Internet sobre los «básicos del estilo francés» suelen incluir capazos de mimbre y camisetas marineras. En tu opinión, ¿qué no puede faltar en una lista de imprescindibles?
El capazo de mimbre debe quedarse en su sitio: las vacaciones. Es el bolso tote perfecto para la playa, un pícnic o un día junto al mar. ¿Pero un básico del estilo francés? No. Yo no iría por las calles de París con una cesta de mimbre colgada del brazo. Como mucho, llevaría mi carrito de la compra. Un auténtico Caddie, como los de antes. Mucho más práctico y con más encanto para ir al mercado. Para mí, los imprescindibles de verdad son los básicos bien hechos. Algodón blanco, algodón negro. Jerséis de manga larga, buen punto, una camisa impecable, unos pantalones perfectos.
Ahora que tenemos lo más imprescindible, ¿cuál es el secreto para darle a un conjunto ese inconfundible toque parisino?
Jugar con accesorios y prendas de diferentes épocas, mezclando lo antiguo y lo nuevo. También saber elegir la ropa según tu morfología, algo que las francesas dominan a la perfección. Y, sobre todo, atreverse. Atreverse con los estilos, los materiales, atreverse a gustar… y a no gustar.
¿Y tu estilo personal? ¿Qué es lo más importante para ti a la hora de vestirte?
Mi estado de ánimo, el día que me espera, el tiempo. París es una ciudad caprichosa. Necesito poder caminar, correr, llevar cosas. Mi ropa tiene que ser práctica, pero sin renunciar a la elegancia. No soy de zapatillas, así que siempre prefiero calzado que combine estética y comodidad, como tacones bajos, bailarinas y botas de montar.