A medio camino entre la zapatilla y la sandalia, la Air Rift es un híbrido con el rendimiento en su ADN. Lanzada en 1996, se inspiró en la práctica de correr descalzo en el Gran Valle del Rift, en Kenia —de ahí su nombre— y fue diseñada para imitar el movimiento natural del pie al correr. En la actualidad, combina partes superiores nada convencionales con suelas acolchadas tipo sneaker y un patrón de tracción único. Lo que comenzó como una innovación técnica se ha transformado en un modelo de culto entre fashionistas.
Puede que naciera como unisex, pero hoy arrasa entre las fashion girlies que lo quieren todo: estética hiperfemenina y cero rozaduras. La puntera dividida, inspirada en el diseño tradicional japonés del tabi, potencia el movimiento natural del pie y aporta más flexibilidad y rebote. Frente a la invasión de mules y bailarinas, las Air Rift ofrecen algo distinto: un pase directo a ese club secreto de las que se atreven a ser diferentes, con una mezcla impecable de estilo, comodidad y un punto excéntrico que transforma cualquier look.