Gana terreno
Iqra descubrió su amor por el fútbol a los 8 años. Su hermano mayor era aficionado del Chelsea FC de Londres, lo que la inspiró a ver partidos y a afiliarse a su primer club a los 14 años. Como mujer británica-somalí de primera generación, Iqra reflexiona que de niña no tenía un plan para seguir una carrera en el fútbol. En su lugar, se inspiró en la leyenda del Chelsea, Didier Drogba, y en Rachel Yankey, del Arsenal Ladies y de la selección nacional de Inglaterra. Su objetivo era emular las mejores cualidades de esas jugadoras en el campo, pero en lo que respecta a la moral, los modales y su estilo motivador, cuenta con su madre como su mayor influencia.
Iqra se enamoró del poder democratizador del fútbol: cómo se puede disfrutar de él a nivel profesional y competitivo, así como por la incomparable diversión de echar una partida con los amigos. "En qué otro lugar podrías tener este sentimiento de comunidad, es precioso", afirma. Aunque cree que el fútbol ha avanzado mucho en cuanto a diversidad e inclusión, todavía se puede mejorar la forma en que las mujeres de orígenes similares al suyo pueden expresar su amor por este deporte. En el futuro, Iqra quiere seguir ocupando espacio y permitir que sus compañeras negras, musulmanas y somalíes puedan hacer lo mismo. "Espero que podamos estar en un espacio en el que todo el mundo se sienta cómodo para jugar o apoyar a su equipo favorito, sin sentirse inseguro ni temer ser juzgado".
¿Su consejo para las jugadoras que empiezan? "No te rindas", dice. "Nadie me iba a permitir estar ahí, así que he tenido que superar las barreras, ya sea en el fútbol o en cualquier otra cosa de la vida, porque tienes que tomar lo que quieres".