“Un vestido negro corto acaba de entrar en la habitación, haciendo girar cabezas que no pueden dejar de mirarte…” Y ahí estás tú delante del espejo con tu LBD, escuchando esa canción, imaginando ser la protagonista de esas estrofas y que todos se giren al verte entrar. Un vestido tan inspirador que ha dado nombre a un perfume y al título de una canción, elegante, delicado y atemporal, es la prenda por excelencia de un fondo de armario. Su versatilidad abraza diferentes estilos cediendo protagonismo a los complementos, casual, boho, chic o sofisticado, tienes ante ti un lienzo en blanco en el que poderte inspirar y recrear los looks más favorecedores según requiera la ocasión. Con unos zapatos de salón o unas bailarinas, con un clutch o una bandolera, bisutería étnica o desayuno con diamantes, siempre acertarás con un little black dress.

Un perfume, una canción un little black dress

La versatilidad de un little black dress te da licencia para crear una infinidad de looks, es una oportunidad única para experimentar con los accesorios, todo depende de la ocasión. Incluso para una boda de última hora, elige un vestido con detalles de encaje o de seda, haz que un collar llamativo sea el protagonista del look, unas sandalias y un clutch metalizados añadirán unas notas de brillo muy chic. Y pasando al otro extremo crea un look casual con un LBD de líneas simples, cálzate unos mocasines de tela en tonos grises y pastel, combina un fular en los mismos tonos junto con una chaqueta vaquera gris, para el bolso la mejor opción es una bandolera que aporta un toque desenfadado y juvenil. Y por supuesto, es una prenda muy socorrida para un día de trabajo acompañado de un blazer y unos zapatos de salón. Como ves el vestido negro corto es un imprescindible.